miércoles, 10 de diciembre de 2008

La Hortaliza Errante


Sin que sepamos por qué, quiso el destino hacer que Nicolás naciera en una familia de endibias. Esto no resultaría digno de mención si no fuera porque Nicolás era un tomate, un tomate gordo y rojo, rojo como un... como una manzana roja. Al menos como una manzana roja que fuera roja como un tomate, claro, aunque sabemos que el rojo de una manzana roja no es el rojo de un tomate, sino que es más oscuro y apagado, pero imaginemos por un segundo una manzana que fuera de un rojo tan potente como el de un tomate. ¿Lo tenemos? Bien, entonces podemos decir ya sin más rodeos que Nicolás era tan rojo tan rojo como esa manzana que imaginamos que tiene el color vivo de un tomate.


Claro está que a papá y a mamá no les causó mucha ilusión el nacimiento de Nicolás. Ellos, de aspecto majestuoso y colores suaves, vestidos con ese sutil conjunto que se desliza del blanco al verde suave que los corona, presenciaban al pequeño y rechoncho Nicolás: redondo y achatado, con un pelo enmarañado tan lleno de remolinos que podría decirse que todo él es un remolino en sí mismo, y sobre todo, rojo, tan rojo como una manzana roja que tuviera el rojo vivo de un tomate; y se preguntaban qué pecado habían cometido para que el Supremo Reluciente les enviara aquel esperpéntico retoño. Original, sí, pero feo. Feo de cojones.


Aún así mimaron y dieron al pequeño todo cuanto estuvo en sus hojas. Tuvieron la esperanza de que el Supremo Reluciente hiciera palidecer su rojo, peinaron sus cabellos enmarañados intentando estilizar su figura, pero nada de ello hizo parecer a Nicolás más endibia. De hecho, cuanto más crecía más tomate parecía, y Nicolás -que a pesar de ser tomate era una hortaliza de buen entendimiento- notó enseguida que estaba fuera de lugar con aquella familia. Esto hizo a Nicolás una noche escaparse de su huerta.


Y así comenzó la leyenda de lo que hoy conocemos bajo el nombre comercial "Las Aventuras de Nicolás: La Hortaliza Errante", y que tanto que hablar a dado a investigadores y sabios de nuestra época. Unos se preguntan por lo extraño de su nacimiento, queriendo dar respuesta al hecho milagroso de que Nicolás fuera concebido sin semilla. Otros tienen más interés por la vida de Nicolás, que alejado de su huerta natal recorrió el mundo desarrollando una vasta comprensión acerca del alma y espíritu de las hortalizas, transmitiendo un esperanzador mensaje a todos aquellos que dirigieron su escucha hacia el rechoncho profeta. Otros muchos han investigado el tema muy a fondo, llegando a conclusiones verdaderamente insospechadas. Tal es el caso de la última que conocimos, mediante la que se aseguraba que Nicolás no fue realmente un tomate, sino una berenjena, sosteniendo del mismo modo que no fue por su propio gusto que se marchó de su huerta natal, sino que fue expulsado por sus padres, aburridos de su violeta depresivo. No está en nuestra mano -y tampoco entra dentro de nuestra pretensiones- añadir o restar veracidad a ninguna de las afirmaciones que se han hecho respecto a la vida de Nicolás, pues de eso ya se encargará el tiempo que, en estos casos, es el mejor aliado de la realidad. Nuestro único objetivo con nuestro escrito es dejar claro que Nicolás, si fue verdaderamente un tomate, era tan rojo tan rojo como una manzana roja que tuviera el color rojo vivo de un tomate.


Y con eso nos damos por satisfechos.


Daniel Canelo Soria

martes, 9 de diciembre de 2008

La hortaliza errante

Nuevo titulo del 9/12/028 al 15/12/08.

Noelia Marín

lunes, 8 de diciembre de 2008

El extractor de sueños


La ciudad era un completo Caos, la gente se amontonaba en las calles, con la mirada perdida, andando hacia ningún lugar, los campos vacíos sin nadie que los trabajara, personas sin ganas, sin habla, era una ciudad de personas viviendo sin vida.


Hacia algunos meses que nadie se sentía bien, y se perdió la comunicación entre personas, la gente había dejado de soñar, o al menos ellos decían que habían dejado de recordar sus sueños.

Sin una vida paralela cada noche, un mundo de fantasía vivido en primera persona, nadie se sentía bien, por que se limitaban al día a día, casa, trabajo, amigos, familia….


¿Qué habría sido de los sueños, d las historias de amor imposible pero vividas como reales, de las historias sexuales mas atrevidas, de los sueños reveladores, del conocer a tus ídolos nocturnamente,…?


En una torre, por otro lado, vivía Morfeo, Dios de los sueños, hijo del Sueño y de la Noche, estaba atrapado por una malvada mujer, Némesis, Diosa griega de la venganza y de la justicia distributiva, que, según ella tenia el mundo una deuda con ella, pretendía hacerse con los sueños de toda la tierra para ella, con el pretexto de dominar al mundo.


Hasta el momento Morfeo se había negado a mandar mensajes mentales mediante sueños a la gente, y simplemente había privado al mundo de soñar, mejor ese mal menor que hacer que vivieran controlados por esta mujer sin escrúpulos.


En cierto modo estaba consiguiendo un dominio sobre la gente, al menos ya no se comunicaban, eran zombis q vagaban por el mundo.


En algún momento Morfeo cedería, ya que estaba sufriendo viendo así a sus soñadores, además el vivía de proporcionar sueños, no de extraerlos, si no era así acabaría muriendo y en el mundo se crearía el caos, caos que Némesis aprovecharía seguro de alguna manera para hacerse con el control…. ¿Qué podían hacer unos tristes humanos sin sueños frente a toda una diosa como ella?

Morfeo decidió pedir ayuda a través de los sueños a otros dioses, los humanos, habían dejado de soñar, los dioses no. Eso le mantenía con vida, y eso esperaba que también salvaría al mundo, de si mismo y de Némesis, pues el quería ser el dios del sueño, no el extractor de sueños.


Pero esto creó una mini guerra de dioses, Belona (diosa de la guerra) Carón (el barquero d elos infiernos), dis (el dios del inframundo), y así todos los dioses de la guerra, y del infierno apoyaron a Némesis, mientras el resto de dioses estaban con Morfeo.


Se desató la guerra de los dioses, ajena a los humanos que seguían vagando sin sueños.


Finalmente la guerra se decantó del lado bueno, del lado de Morfeo.


Esto pasó hace miles de años, y gracias a Morfeo y a otros tantos dioses, hoy podemos soñar, ellos velan por nuestros sueños, y esperemos que siempre sea así, pues Némesis y su ejercito de dioses oscuros siempre están esperando a poder convertir a Morfeo en el extractor de sueños.



Maka Mejias