viernes, 28 de noviembre de 2008

El Rincón Iluminado de Las Mentiras


En la Casa de la Verdad, aparte de toda la Historia Universal y de la inmensa biblioteca en la que se archivaban todos los pensamientos de todas las personas de toda la historia, había un pequeño rincón iluminado por una vela achatada y azul. Era este el Rincón de las Mentiras, y no contenía nada, pero sin embargo era el lugar más interesante que había en la Casa de la Verdad. Maestros y buscadores de todos los tiempos permanecieron y permanecerán allí, mirando la llama de la vela, absortos en su contenido, durante horas y días y meses. Lo que hacía del Rincón de las Mentiras un lugar tan especial, era la capacidad que tenía para hacerte dudar de todo. Uno podía pasarse años estudiando la Verdad, ojeando aquí y allá, archivando información veraz en su cabeza; y podía ser muy feliz así, desde luego. Pero inevitablemente, todo aquel que buscaba la Verdad, acababa sentándose alguna vez frente al Rincón de las Mentiras, donde de repente se le planteaban serias dudas acerca de lo que había estudiado, de todo lo que había aprendido allí. Es entonces cuando uno caía en el inquietante hechizo del rinconcito. Sin nada que hacer, sin encontrar nada más interesante que cuestionarse una y mil veces todas las verdades que uno había encontrado a lo largo de su vida. Así perecieron muchos. Pero no así Darcelo. Darcelo hubo de sentarse un día también delante de la llama. También hubo de pasar muchos años de reflexión y duda, y hay que decir que también a punto estuvo de morir ahí sentado. Pero en el último momento se le vino a la cabeza algo así como una respuesta, una conclusión, que hizo merecerle la pena todos esos años de aislamiento. Y dejó escrito antes de morir lo que sigue: "Igual nos da si la Verdad es de verdad o si de verdad es la Verdad una mentira, eso no importa. De lo que me he dado cuenta después de tantos años de reflexión es de que, si quiere, uno puede dedicar su vida al estudio de la Verdad, no le está negado, e inevitablemente acabará estudiando a raíz de aquella también la Mentira, llegando a dedicar casi por completo su vida a ello, y también esto le está permitido; pero de lo que me he dado cuenta -y este es el legado que en este momento próximo a mi muerte quiero dejar a los futuros estudiantes de la Casa de la Verdad-, lo más importante que he averiguado en torno a este propósito noble y digno de alabanza, es lo siguiente: hay que ponerse calcetines. Después de cincuenta años absorto observando la llamita en este sacro lugar he podido constatar ahora que, sin darme cuenta, se me han quedado los pies como frigo del super."


Y, escritas estas palabras, Darcelo murió.



Daniel Canelo Soria


miércoles, 26 de noviembre de 2008

El rincón iluminado de las mentiras


Estando un día charlando con el sacerdote de mi barrio, Julián, me contó que su mentor en la doctrina era un tipo muy reservado, cuyas convicciones ideológicas y religiosas le impedían ver más allá de lo que dicta el libro sagrado.


Días más tarde, cuando me volví a encontrar con Julián, esta vez a las puertas de la ermita, le sugerí que me presentara a su compañero de sotana. Al acercarse a nosotros, el anciano, que intentaba mostrar un manejo del arte de la palabra del cual carecía, me dio la impresión de tratarse de un hombre ciego ante la realidad. Únicamente, se limitaba a repetir una y otra vez el mensaje que supuestamente Cristo nos envió. Por cierto, ese mensaje, el mío en particular, no me llegó (supongo que la paloma mensajera que lo traía a mi casa fue aniquilada por esos cazadores clandestinos, amantes de las armas y de las gaviotas).


El caso es que el hombre, al igual que oímos diariamente a los altos cargos eclesiásticos, no daba su brazo a torcer, a la hora de llevar a cabo una modernización conceptual y moralista de las doctrinas católicas, que a todas luces hace tiempo que quedaron obsoletas.


En cambio, Julián, era miembro de esa sección reformista de la Iglesia, condición explicable dada su corta edad y su interés por una gran variedad de disciplinas del saber. Por ello, Julián y yo, nos lanzamos a la ardua tarea de convertir al anciano en un tipo abierto y razonable.


Tras un tiempo, investigando sobre el tema, descubrimos que únicamente este tipo de personas ciegas ante la realidad (no únicamente clérigos cerrados, sino de cualquier inclinación ideológica), poseían un recoveco en su cavidad cerebral, habitada únicamente por mentiras, mentiras repetitivas, mentiras de todos los ámbitos, y de tal calibre, que habían obstruido uno de los mecanismos racionales fundamentales del hombre.


A través de estas investigaciones, mi coleguilla y yo, ideamos un plan basado en una serie de técnicas orientales de relajación intracraneal, que nos permitió abrir el rincón de las mentiras de aquel sacerdote. Tras explorar cognitivamente su rincón pútrido y maloliente, decidimos sacar una a una, cuales rodajas de piña en almíbar, todas las mentiras depositadas en aquel rincón (lata oxidada). Una vez vaciado el rincón, le proporcionamos una luz artificial, para que la oscuridad no vuelva a apoderarse de él.

La clave no es una idea u otra, sino la claridad, la iluminación. Poder ver todo, para poder cognitivamente hacer una selección a tu gusto. Desde aquél día me dedico a iluminar los rincones de las mentiras, mejor dicho, de vuestras mentiras.



Francisco Leal

El rincón iluminado de las mentiras


Allí es donde vive Papá Noel.

En su rincón iluminado, aguarda hasta que le llaman para navidades, y sale de él. También los Reyes Magos tienen un rincón iluminado, mucho más grande claro; el Ratoncito Pérez también tiene uno, aunque este, sale más.

Los rincones iluminados de las mentiras están rodeados por una oscura penumbra, por eso nunca los vemos. Cuando su habitante sale de él, pasa a ser un rincón oscuro, normal y corriente, a veces hasta huele mal, y nadie se acerca a ellos, porque a nadie llama la atención.

Pero también hay rincones iluminados para muchas más cosas, ¡son muy útiles!
Hay rincones iluminados donde viven las verdaderas causas de las guerras. En otros, descansan las mentiras de los políticos, hasta que son olvidadas y pasan a ser habitados por otras mentiras.
Existen rincones importantísimos, protegidos por los gobiernos, donde se esconden, por ejemplo, la solución para la erradicación del hambre en el mundo.

Hay tantos rincones, que debes tener cuidado, porque es fácil que haya alguno en tu calle, barrio o ciudad, ¡puede que en tu casa!

Imagina el poder de los rincones iluminados, que hasta Dios tiene uno, y sale de él, cada domingo a las 12:00.


Noelia Marín

martes, 25 de noviembre de 2008

El rincón iluminado de las mentiras


Es una calle, una ancha avenida, con una hilera de árboles a cada lado, ahora los están podando, porque al llegar el otoño y dado el gran tamaño de los árboles, las hojas se caen a lo bruto, con ramas que se han secado y todo, y sus lagrimitas verdes se meten por todas las puertas, bajos, planta bajas, comercios.

Todas las dependientas salen a barrer por las mañanas, y se saludan, ¿cuántas hojas hay hoy verdad? y solo responde la barrendera: digo, que si que recojo las que puedo, a ver si acaban de podar todos los árboles, es culpa de los coches que no hacen caso a las señales de poda y aparcan y la maquina no puede acercarse a podarlos.

Enfrente de la tienda de confecciones Maria's Look's hay un rincón, con un árbol todavía con muchas ramas, y hay un contenedor, es de día, y está iluminado, y se suelen parar las personas a charrar, a veces María cuando sale a fumar escucha historias fugaces: el niño de la Juani que se pego un porrazo al caerse del columpio, el tío Antonio que esta otra vez malito, el yonky de la esquina que lo han vuelto a pillar la policía, el hijo del José que lo arrestó la guardia civil robando en el centro comercial. A la Lola que le ha robado el coche....

Enfrente de la tienda de confecciones Mara's Look's hay un rincón, con un árbol todavía con muchas ramas, y hay un contenedor, es de noche, pero el rincón sigue iluminado, y se suelen parar las personas a charrar: no sé porque mi hijo empujó al niño de la Juani, creo que quería su juguete Gi Jou, pero no tengo dinero para comprarle uno. Al tío Antonio lo han tirado de sus casa las autoridades, ha dicho que esta malo y ha cogido un tren hacia el pueblo donde nació, confía en que la casa no este del todo en ruinas y confía en la generosidad de sus vecinos para ir tirando hasta que le concedan una ayuda, al menos para comer, por ahora ha dicho que se ha puesto enfermo otra vez y que no lo verán en un tiempo.

Al yonki de la esquina lo delató un alto funcionario, porque ya no le quiso fiar más (total, volverá en unos meses). Al hijo de José lo han pillado ya 4 veces robando en el centro comercial, sus padres se pasan el día trabajando, el se hace la comida y la cena y cuida de su hermana pequeña, pero él es demasiado niño para cuidar de alguien aún más joven, casi no sabe escribir y le cuesta mucho leer. A la Lola no le han robado el coche, es el que está enfrente de la tienda de confecciones, solo lo ha dejado ahí para que le llamen y le avisen, necesita desesperadamente un mínimo de atención.

Enfrente de la tienda de confecciones Maria's Look's hay un rincón, con un árbol todavía con muchas ramas, y hay un contenedor, el árbol sigue llorando hojas, por las mentiras que escucha, no de los que se paran a charrar a su lado, sino por la hipocresía que le muestra la vida cotidiana, a su lado siempre se está iluminado, porque las palabras enmascaradas o no, siguen siendo escuchadas.


Laura Sánchez

El rincón iluminado de las mentiras.


Y ese día el rincón se apagó. Había estado iluminado desde que tengo conocimiento. Hay mentiras piadosas, mentiras para ocultar verdades que duelen y mentiras para hacer daño. Todos sabíamos qué desde pequeños debíamos decir mentiras, pero nadie nunca nos advirtió del peligro que tenía decirlas, solo de la importancia de que desaparecieran. Eramos 3 adolescentes con demasiada curiosidad. Marta, Sonia y Penélope, solo queríamos descubrir la verdad. Durante años nos habían aterrorizado, no podría pasar un día de nuestras vidas sin que cada una se inventara una mentira que contar. Decían que si no el mundo dejaría de funcionar, los árboles morirían, nos quedaríamos sin aire. Los animales desaparecerían, nos quedaríamos sin fauna. El sol se escondería y viviríamos a oscuras para la eternidad. Así un sin fín de terroríficas consecuencias, pero había algo que no entendíamos en su totalidad, esto nunca había pasado porque nunca nadie se había atrevido a no decir una mentira como todos los días.


Invadidas por el miedo pero muertas de curiosidad quedamos aquella misma noche para desvelar el temible secreto. Llevabamos todo el día sin decir ni una mentira, y unos minutos antes de las 12 juntamos fuertemente nuestras manos y nos quedamos en silencio. Nunca había sentido tanto miedo, no sabíamos lo que podía llegar a pasar. Y no pasó nada. Solo se apagó una pequeña luz en nuestros ojos, esa luz que te molestaba cada vez que decías una mentira. Aquella noche se apagó el rincón iluminado de las mentiras que está dentro de cada uno.


Esto pasó por temer a lo desconocido. El mundo empezó a ser un lugar mejor.



Merxe.

lunes, 24 de noviembre de 2008

El rincón iluminado de las mentiras

Nuevo título del 24/11/08 al 1/12/08.

Laura Sanchez.

domingo, 23 de noviembre de 2008

Solo una cosa mas

Ah!! Se me olvidaba!, solo una cosa más!. La próxima vez, será en el infierno, como cuando nos conocimos, esa primera cita tímida e inocente al principio así como lujuriosa al final.

Así será, sin café y sin hablar, porque nuestras miradas nunca necesitaron palabras, solo un lenguaje corporal, sexual.

Desde el principio, nunca nos gustó esos cafés idiotas donde se producen conversaciones y situaciones vergonzosas. Siempre supimos que nosotros no erámos así. Cambiamos el café por cerveza y la conversación, por sexo. Pero siempre nos faltó una cosa, solo una cosa más….


Cucki