Aquella mañana, África, una niña de 3 años se levantó con una especial ilusión y nada mas poner un pie por el suelo al levantarse miro por la ventana y observó aquel escenario que le fascinaba pero que al mismo tiempo no entendía completamente. De fondo estaba el horizonte, que servia de apoyo a un mar en calma y especialmente azul, el sol radiaba como solo lo hace los mejores días de agosto y al otro lado las montañas formaban a lo lejos un telón de tierra rojiza que cerraba de una forma perfecta el paisaje.
Unos minutos después la madre de África entro por la puerta y vio a la niña hipnotizada con el paisaje y le preguntó por lo que estaba pensando: "-Mamá, no entiendo como se creo todo esto"…la primera reacción de la madre fue explicarle científicamente temas relacionados con las placas tectónicas, las leyes de la gravedad o los movimientos de rotación y traslación pero además de ser demasiado pequeña para hacerle entender esto no quería romper la esencia del momento, la segunda opción era hablarle de Dios, pero ni siquiera una niña tan pequeña merecía oír esa sarta de patrañas, finalmente decidió contarle una versión mas acorde con el momento que estaba viviendo su hija.
Primero le habló de las montañas explicándole que eran similares a unas mantas gigantes, por un lado nos cubren a nosotros del frío, explicaba a su hija, y por otro lado arropan a las especies que viven en ellas. En segundo lugar se animó con el mar y el horizonte explicándole que la tierra es como un globo de agua "- Si el globo de agua estuviera suspendido en el aire y filtrara agua lentamente llegaría un momento en que sería todo agua, además si girásemos ese globo habría veces que se vería la boca por donde lo hinchamos y a veces no, en ocasiones solo veríamos el perfil del globo redondo, como la tierra". África con la boca medio abierta parecía que estaba entendiendo lo que le explicaba su madre y le dijo:" Entonces vivimos en un globo de agua gigantísimo que para poder proteger a los animales tiene mantas de las mas gordas puestas de forma que nos protejan, ¿no?. ".
La madre asintió y cuando giro la cabeza para salir de la habitación la niña dijo:"¿y el sol?¿Qué es el sol?. La madre lo pensó durante unos segundos y le respondió: "Un queso", ¿¿?¿? África le miró con cara de duda y le dijo que un queso no podía ser porque había visto en la tele que el solo no era totalmente redondo, entonces la madre asintió de nuevo y le dijo:"Si, es un queso, un queso de bola del revés".En ese momento la niña volvió a mirar por la ventana, esta vez mirando fijamente al sol, bueno al queso del revés.
Paco Macías
1 comentario:
que guay, paco aqui!
me encanta el cuento, jeje
Noelia.
Publicar un comentario