martes, 4 de noviembre de 2008

El queso del revés


Llueve, el golpe de las gotas en las tejas hace que la casa se convierta en una caja de música, una antigua caja de música, donde la bailarina con el paso del tiempo se canso de bailar, de girar siempre hacia el mismo lado. Sentada junto a la ventana de la cocina, junto a su cristal empañado, donde no se ve nada, mirando hacia ningún lugar. Y un olor a lluvia y a queso curado, un queso que le traía demasiados recuerdos, a él solo le gustaba ese queso, el de la etiqueta roja, no quería otro queso. Se fue, y no le dio tiempo ni de acabarse el queso, desde el día que se fue Rosa puso el queso del revés, hay tantas cosas que le recuerdan a él, es tan dolorosa su ausencia que no puede deshacerse de todo de repente, ahora está el queso del revés en la cocina, algún día estará el queso del revés en el comedor, otro día el queso del revés esperara en la entrada, y un día se marchara, su etiqueta, su olor y las gotas que golpean las tejas.

Verónica Francés

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